ACUERDO REGIONAL DE COOPERACIÓN PARA LA PROMOCIÓN DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA NUCLEARES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Energía

Una experiencia de más de 25 años en la generación nucleoeléctrica acumula ya la región de América Latina y el Caribe.

La capacidad nuclear instalada en seis reactores de tres países era de 4,3 GW en el 2012, la que se incrementará a 6,2 GW cuando entren en operación los dos nuevos  reactores  en  construcción.  Se  estima  que  para  el  2035  se  adicionarán  unos  7W nuevos en potencia nucleoeléctrica a la matriz energética de la región. Los retos que encierran los programas de construcción de nuevas centrales nucleares se  ven  incrementados al tener que encarar el análisis y evaluación de extensión de la vida útil de los reactores existentes. Estos  son  factores  que  aceleran  la  necesidad  de  evaluar  la  opción  nuclear  de  una  manera integral  dentro  de  los  sistemas  energéticos  para  definir  su  posible  rol  en  el  desarrollo  de América Latina y el Caribe.

Por otro lado, diecisiete reactores experimentales se encuentran instalados en siete países de la región, la mayoría de ellos con alto grado de envejecimiento y subutilización, mientras que las necesidades  en  productos  radioisotópicos  incrementan  y  no  encuentran  solución  en  las instalaciones  existentes,  por  lo  que  se  prevé  la  construcción  de  dos  nuevos  reactores.

Los principales  retos  a  abordar  en  el  marco  de  la  cooperación  en  el  sector  Energía  han  sido identificados en el PER mediante la formulación de seis necesidades/problemas, que son:

 

  1. Mejora de la educación e información objetiva y amplia sobre la energía nuclear.
  2. No se dispone de estudios de desarrollo energético integrales de largo plazo propios en la mayor parte de la región.
  3. Mejora del conocimiento sobre las potencialidades uraníferas de la región.
  4. Ausencia de una red consolidada para el intercambio de información y coordinación de  estrategias  desde  los  operadores  de  los  reactores  de  investigación  hasta  el usuario final de los radioisótopos.
  5. Falta de experiencia en la región en los procesos de extensión de vida útil de las CEN.
  6. Escasez de personal altamente calificado para el manejo y explotación de reactores de investigación.